lunes, 26 de diciembre de 2011

 La Kuña Karaí habla a  los púberes sobre la sexualidad en terminos de fertilidad sagrada, ellos estan protegidos con rasgos de pintura sobre el rostro: Ichí (resina de abeja quemada)


El fumo de la Petyngua (pipa de barro y hueso de pecarí) en el Tatachiná que remeda en el "pita porá" de la bedicion y bautismo -fumar para leer las divinas palabras- a el dios Ñanderú Eté con su bruma vivificante de cada mañana hacia el pueblo.-

LAS DIVINAS PALABRAS -el caso , el ritual, el mito-


Las divinas palabras
-el caso, el ritual, el mito-
 por Enrique Acuña (*)

  Desde Freud con su libro “Tótem y Tabú”  a Lacan en su texto “El mito individual del neurótico” se demuestra que el psicoanálisis puede aprender de las culturas diferentes al enseñarnos el rasgo diferencial de las palabras.
  El inconsciente, estructurado como un lenguaje, supone elementos significantes que por su eficacia simbólica, tocan los cuerpos al punto de transformar su goce.
  En consonancia con esa deuda a la etnología, nos acercamos a los rituales de los indígenas mbya guaraní actual para captar esta delicada inclusión del lenguaje en la realidad que se construye.

Tatachiná: curación de la bruma y el humo sagrado
   En el años 2005, ocurre el caso de un niño mbya –Julian- que mostramos en el documental “La Bruma –Tatachiná-” poniendo en evidencia la articulación entre el ritual curador y el mito con su cosmogonía. Observamos así la resistencia de lo simbólico a partir de la eficacia de las “divinas palabras” del Ayvu Rapyta, primer escritura de los cantos sagrados y de los mitos, extensión y perseverancia del modo de  ser (tekoha), su ethos y costumbre; que sobrevive hoy en la provincia argentina de Misiones.

En resumen, el conflicto inter-cultural que el caso desencadena permite conocer y hasta idealizar las leyes que lo organizan. Por ejemplo el ritual de tatachiná, ceremonia de curación donde el chaman remeda a Dios cuando sopla la bruma matinal, al fumar tabaco en una pipa sagrada y exhalar el humo que conduce las “palabras-alma”. Esas bellas palabras, un poema inentendible para todos pero audible para el chaman,   conectan el mundo de los entes cósmicos con los terrenales.

 Esta descripción y su lógica es imprescindible conocer por la medicina  para entender la creencia en juego en la enfermedad del niño, quien tendría una “piedra”, metáfora de una causa producida por un ente maligno que no permite que ese cuerpo incorpore su palabra alma.

El sacerdote mbya como médium de la palabra recibe por medio de una revelación (y no un sueño)  la verdad de la causa y la desciende al niño con su oración-canto en un templo de barro,  lejos de la sala de cirugía de un hospital de nuestra cultura.

La muerte de Julián en manos de la bioética, cavó en la secuencia simbólica un “punto cero” de la cadena discursiva, un Nombre-del-Padre a partir del cual se demandaron manifiestos políticos reivindicando el derecho a la tierra, la educación, la salud de la comunidad.

Ñemongaraí: bendicion-bautismo de la naturaleza mbya
   Se trata de una antiquisima ceremonia secreta que los mbya mantienen fuera del alcance de los juruá (el hombre blanco) ya que su visibilidad podría generar la perdida de su carácter sagrado.
En ella confluyen tanto al bendición de los frutos y sus semillas, ligadas a  la fertilidad de la tierra, como de la imposición del nombre secreto a un niño cuando accede al mundo vital de las almas parlantes. Ambas suponen la nominación por un oficiante, el opygua, curador que media la conexión con Dios, o de la fuerza del cielo con la tierra.

El complejo concepto de alma (angá) en la cosmovisión guaraní supone la pluralidad de entes que se ubican en un nivel de perfección (aguyje) que habita la tierra sin mal y otro inferior imperfecto (teko achy) propio de nuestras vidas en la tierra, donde proliferan tambien sombras maléficas como los mbogua. Pero como nos decía Lutarco Lopez en teko Mbarigui, Paraguay, “cada uno tenemos nuestra  sombra del mal, caminando a nuestro lado”.

Estas dos almas de cada ser se conectan con las palabras que deben ser leidas como nombre vital de los seres por el médium.Asi un niño pertenece por patronimia a la dinastía de los cuatro dioses del panteón mbya: Karaí, Tupá, Jacaira, Ñamandu.
Llama la atención que sean cuatro tambien los productos del ciclo agrícola que se bendicen: Maiz,, Miel, Tabaco, Guembe, frutos de la tierra que renacen cada Ará pyahu(tiempo nuevo), momento que se celebra esta fiesta.
El oculto ritual del Nemongarai es una bendición propia de los seres de la naturaleza (ka`aguy), que aquí se confunde con lo propio de la costumbre de la aldea (tekoha). Esta articulación y no oposición entre ambas, es  gracias a la palabra que separa la cosa, dando lugar a otra ontología que no la nuestra.
  
Ñangereí: la fertilidad de la mujer y su silencio
   “Fluye del árbol la palabra” es titulo de un libro de León Cadogan, canto que dice bien sobre esa operación de verso y reverso entre Natura-cultura. Es que el árbol parlante  segrega en su savia la sabiduría de una lengua que designa al ser en la tierra pero con una “reciprocidad” tanto aquí como en el otro cielo.

El nombre revitaliza, tanto que “aquellos que no hallan en este mundo pueden morir”. El designador de la naturaleza se culturaliza, de modo que el mbya establece un parentesco (Mitologicas, Levi-Strauss)  con su habitat, al extremo que este lo habita como un lenguaje.

 La fertilidad del maíz, ya curado con el rezo como si fuera un niño, será festejada en los alimentos, la torta y el licor, será alabada en la danza y el canto. Pero la fertilidad de la niña ya púber, después de la menarca, requiere otro ritual: el Ñenguereí. Consiste en el cuidadoso aislamiento de la joven iniciada con  quince días de encierro, pintura del cuerpo, marca y oración,  porque la naturaleza de lo humano se complejiza cuando se trata de una mujer y el singular de lo femenino.

 Si bien la mujer entra en el sistema de intercambios por la leyes de parentesco, no es solo un ciclo de procreación lo que ella pone en juego, sino el elemento que puede sustraerse a la economía de la reciprocidad -las mujeres guaraníes pueden decidir no hablar-  Dejan entonces que los hombres se dediquen a teorizar en los relatos épicos de la caza en la selva, cuando se sientan en los  fogones. Ahí hablan de los “dueños” del monte, los animales y sus metamorfosis; como recurso al “mito de los gemelos” donde los héroes culturales Sol y Luna con su conflicto en el eclipse; son “parientes del  jaguar” (Miguel A. Bartolomé).

            En su causa significante se diferencian mujeres y hombres, aunque ambos caerán bajo el fundamento de la causa final: Ñande Ru eté tenondé –nuestro padre verdadero y primero.  Un dios que se hizo de la nada, uno que se despliega –ogueroyerá-,  hablando.-  

(*) Texto publicado en la revista POSDATAS –La Plata, Buenos Aires, septiembre 2011.-

martes, 24 de mayo de 2011

NIÑOS MBYA GUARANI-la naturaleza da sus colores.-





En el año 2010 el jardin de infantes de la Escuela -aula satelite de la aldea Pindo Poty presentó un trabajo en la Feria de ciencias de la localidad de El Soberbio (Misiones).
Sus maestros Silvia Wosniak y el auxiliar docente indigena bilingue Lidio Villalba demostraron cómo se obtenian los colores primarios con los cuales los niños pintan sus artesanias, a partir de las cortezas de los árboles.
Esta reunión de naturaleza y cultura con esa fórmula milenaria de los guaranies, permite transmitir a las nuevas generaciones aquellos saberes de los originarios de estas tierras.-

viernes, 8 de abril de 2011

Declaración final del II Encuentro de la Nación Guaraní

Fotos del libro Ywyra Ñeery (Fluye del árbol la palabra) de León Cadogan.

Comunidades guaranies (Mbarigwy) de Paraguay alrededor de 1960.-




 Lutarco Lopez  a sus 17 años con memby

Joven con mambetá

Del cedro la ñee pora

 
la caza del kochi y el teyu
Che rau chy (la madre de mis hijos)

Mbruruvicha Carlos Antonio Lopez

Pipa chamanica




Declaración final del II Encuentro de la Nación Guaraní -

Declaración final del
II Encuentro de la Nación Guaraní

COMUNIDAD INDÍGENA PAÏ TAVYTERÄ, JAGUATI
DEPARTAMENTO DE AMAMBAY - PARAGUAY, 24 AL 26 MARZO DE 2011

Los representantes de diferentes comunidades y organizaciones de la Nación Guaraní de Argentina, Paraguay, Bolivia y Brasil reunidos en la comunidad indígena Paî Tavyterâ de Jaguatí del departamento de Amambay, República del Paraguay, y siguiendo los lineamientos y propuestas del I Encuentro de los Pueblos Guaraní de América del Sur realizado en Tekoha Añetete, municipio de Diamante D'Oeste, estado de Paraná, realizamos la siguiente declaración bajo el lema Yvy maraê'y tetã Guarani mbareteverã, y en el espíritu de nuestros ancestros y nuestros innumerables hermanos que murieron a lo largo de estos siglos, en la resistencia, por mantener su identidad, dignidad como pueblo y sus tradiciones, su modo de ser, su cultura.

Considerando

o Que la Nación Guaraní siempre se desarrolló y transitó en un espacio territorial sin fronteras y bajo el estricto dominio de sus reglas de convivencia y sus costumbres.
o Que para el Guaraní su territorio es el lugar donde vivían sus ancestros y donde se articulan la biodiversidad, la cultura y la espiritualidad.

o Que la identidad, pensamiento y espiritualidad Guaraní, constituyen la base de la milenaria cultura que cree en la unidad inseparable de la naturaleza y el ser humano, que protegió siempre su entorno y creyó con respeto en los elementos: el fuego, el aire, la tierra y el agua, como generadores de vida.

o Que culturalmente la Nación Guaraní mantiene una convivencia pacífica, pero postura férrea y decidida en la defensa de sus hermanos, su territorio y su cultura.

o Que tiene como un valor fundamental a la palabra que se traduce en su lengua milenaria que resistió a siglos de conquista, explotación, opresión, discriminación y destrucción en algunos casos.

o Que los reclamos y reivindicaciones de la Nación Guaraní no tienen respuesta efectiva de parte de las autoridades y gobiernos de los Estados que se asientan sobre su espacio territorial ancestral.

o Que la Constitución, el convenio 169 de la OIT, la Declaración Universal de los DDHH de las Naciones Unidas, las leyes, tratados y convenciones internacionales que protegen los derechos de los pueblos originarios, entre ellos el Guaraní, no son cumplidos por los diferentes gobiernos de países en cuyos territorios se hallan asentadas comunidades guaraníes.

o Que los distintos pueblos de la Nación Guaraní cada vez pierden más territorio y sus habitantes sometidos a situaciones infrahumanas, sin garantías mínimas de salud, vivienda y alimentación.

o Que la ampliación agresiva de la frontera agrícola que da paso al cultivo intensivo y mecanizado de sojales transgénicos envenena la tierra, los cursos de agua y a las poblaciones guaraníes que viven en sus proximidades, abandonadas por los gobiernos y sus órganos de asistencia integral y de protección.

o Que la educación indígena, en casi todos los países de la territorialidad Guaraní, sigue reproduciendo el modelo occidental transculturizador y asimilacionista violando el principio de autodeterminación y autonomía en el desarrollo de pedagogías originarias, saberes y conocimientos propios para la transmisión de costumbres, usos y tradiciones y mantener así su cultura, la ética ancestral y los valores consuetudinarios.

Exigimos

1. La consulta y participación permanente y oportuna a nuestra Nación por parte de los poderes del Estado en todos los casos que afecten a nuestros pueblos originarios y en especial para la elaboración, sanción y promulgación de leyes.
2. El cumplimiento por parte de los gobiernos nacionales, departamentales y municipales y los Estados (los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial) de las leyes, en particular el Convenio 169 y la Constitución Nacional, normas de protección y de derechos de la Nación Guaraní.
3. El respeto a la autonomía y la libre determinación de nuestros pueblos que constituyen nuestro derecho colectivo a decidir cómo vivir, cómo aplicar nuestras pautas y normas y cómo desarrollarnos.
4. El reconocimiento político de nuestra Nación por parte de los países asentados sobre el espacio territorial ancestral guaraní y de su libre determinación.
5. El libre tránsito por nuestro territorio ancestral porque las fronteras no existen para nuestros pueblos porque preexistimos a los Estados.
6. El respeto y protección del espacio territorial de la Nación Guaraní que incluye no solo la propiedad de la tierra sino el espacio geográfico donde ancestralmente se desarrolló y desarrolla actualmente la cultura guaraní.
7. La protección de los recursos naturales, en especial el acuífero guaraní que forma parte del subsuelo de la territorialidad de nuestro pueblo que abarca Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay.
8. Indemnización por el uso, explotación y destrucción de la tierra y de otros recursos naturales de los territorios y tekoha guaraní.
9. La garantía y la efectiva demarcación de las tierras.
10. El fin de la criminalización de los pueblos originarios y el cese de la persecución y muerte de nuestros hermanos y líderes.
11. Justicia en todos los casos de detención, desaparición y muerte de nuestros hermanos.
12. Juicio de responsabilidad penal y civil a los asesinos y criminales que atentaron o atenten contra cualquier miembro de la Nación Guaraní y sus organizaciones.
13. Protección y respeto al derecho colectivo sobre los saberes, espiritualidad, usos medicinales y demás demostraciones y expresiones de nuestro patrimonio cultural material e inmaterial.
14. El cumplimiento de las leyes sobre protección ambiental, con mayor rigor en los casos de cultivos con usos de agrotóxicos que destruyen comunidades, envenenan los cursos de agua y la tierra, destruye la biodiversidad, en especial la vida humana.
15. Garantía política social a la Nación Guaraní desde sus propios usos, costumbres y tradiciones.
16. El respeto y declaración de la lengua guaraní como idioma oficial en los países ubicados sobre la territorialidad de la Nación Guaraní.
17. La vigencia inmediata de educación diferenciada y específica utilizando nuestras propias lenguas; y la formación de los profesores con cosmovisión política, social, económica, espiritual y cultural de la Nación Guaraní; incluyendo como maestros a nuestros abuelos y abuelas, depositarios de los saberes milenarios de su cultura.
18. El cumplimiento del derecho a la consulta previa a la comunidad o pueblo afectado, y en todos los casos, cumpliendo tratados internacionales, para la exploración y/o explotación de hidrocarburos y otros minerales.
19. La garantía para el acceso de las comunidades a agua potable y de calidad.
20. El cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de DDHH sobre restitución de tierras ancestrales a los hermanos indígenas del Chaco (enxet) y la solución de otros conflictos existentes sobre reclamos de tierra de los pueblos originarios.

Resolvemos

Primero: El territorio y todo lo que en él existe son derechos fundamentales a los que no renuncia ni renunciará la Nación Guaraní porque es parte de su existencia, de su identidad, de su vida física, cultural y espiritual.

Segundo: Reivindicar la territorialidad como parte de la extensión física y cultural de la Nación Guaraní.
Tercero: Se ratifica en el reconocimiento del Consejo Continental como instancia organizadora, articuladora y representativa de la Nación Guaraní, integrado por los representantes de Argentina, Brasil, Bolivia y Paraguay.

Cuarto: Que la Nación Guaraní no formará parte de la estructura del MERCOSUR y que se abocará al fortalecimiento de sus organizaciones de base y el Consejo Continental. El plenario discutió la propuesta inicial del I Encuentro de crear una instancia a nivel del mercado común y decidió por ahora no dar curso a la proposición.

Quinto: No considerar el Bicentenario de la independencia del Paraguay como aniversario para celebrar porque para nuestros pueblos solo fueron 200 años de despojo, discriminación, humillación, avasallamiento, persecución, saqueo y muerte.

Sexto: Solidaridad con todos los pueblos originarios hermanos, apoyo a sus luchas y resistencia por mantener su tierra, su identidad y su cultura.

Séptimo: Ratificar la decisión del Consejo de renombrar al Encuentro como de la Nación Guaraní. Asimismo asume que de ahora en más todos los encuentros serán convocados por el Consejo Continental, denominando al próximo como III Encuentro de la Nación Guaraní en el país o Estado que este aty guasu defina.

Jaguatí, Amambay, Paraguay, 26 de marzo de 2011