martes, 13 de abril de 2010

MUESTRA EN CORRIENTES -Subsecretaria de Cultura-



 
Proyección y debate 
documental
La Bruma - Tatachiná -(*)
Participan:
* Hector Hugo Boleso
* Enrique Acuña
Viernes 19 de marzo,
17.30 hs. 
Lugar:  Subsecretaria de Cultura  de la Provincia de Corrientes
-Sala Vañek-
***
Organiza: B.A.C (Biblioteca Analitica Corrientes)
Auspician: Revista La Chicharra Viajera, El Nuevo Libre, Subsecretaria de Cultura de la Pcia. Corrientes 

Entrevista a Enrique Acuña en revista San Pablo-


Editorial San Pablo Revista On Line - Año IX - Nº 438
Medios

CRITICA A LA IDENTIDAD

Entrevista a Enrique Acuña, realizador del film La Bruma Tatachiná-


Enrique Acuña nació en Corrientes, es médico, psicoanalista y escritor. Autor de un libro de cuentos y poesías y del libro “Resonancia y Silencio - Psicoanálisis y otras poéticas”.
Presentó en la Editorial San Pablo su primer documental La Bruma, sobre el conflicto cultural entre las comunidades guaraníes de Misiones (Argentina) – en particular la comunidad mbya guaraní de Pindó Poty - y los valores de nuestra civilización.

- ¿Qué te llevó a hacer La Bruma?

- Es el tercer guión cinematográfico que escribo, antes escribí Adagietto con Rodolfo Mórtola que fue una obra que trasmitió canal 7. Luego hicimos el guión que se titula, en guaraní, Che Róga (Mi Hogar), sobre la historia de Bella Vista, un lugar en Corrientes, a partir de un clivaje que hay desde el punto de vista español y del punto de vista de los aborígenes que viven en esa zona. Y ahora mi deseo es hacer un segundo documental metiéndome más con la mitología y la cosmogonía de los guaraníes.

- Al hacer La Bruma y descubrir que hay argentinos que viven en estado natural, ¿cómo te integraste a ellos, que impacto produjo eso en vos, en tu vida?

- Actualmente los pueblos originarios empiezan a ser el lugar clave donde se aplican los derechos humanos. A los argentinos nos costó mucho poder tratar los derechos humanos en la última dictadura militar y eso se está logrando de a poco. Creo que el próximo punto tienen que ser los pueblos originarios, en la medida que ahí hay un etnocidio, o sea, una destrucción de culturas. Esto es evidente por ejemplo ahora cuando hay una ley de emergencia de tierras y las provincias no lo aplican en sus pueblos originarios, se ve la resistencia en nuestra sociedad, en nuestra cultura de mass-media de encontrarnos con ese modo de hablar que tienen ellos, pero que no es otra lengua sino una relación diferente respecto a la espiritualidad.

- El Estado muchas veces considera las tierras de los pueblos originarios como tierras fiscales, porque ellos no pueden pagar los impuestos y entonces las entregan a la venta, es un atropello total a las etnias, pero también es un atropello para nosotros mismos que no nos permitimos enriquecer nuestra cultura con la cultura que tienen ellos. ¿Cómo experimentaste vos este encuentro con esta cultura y esta comunión con la cultura?

- Como médico me he hallado muchas veces en una relación de encuentro con la muerte, y ellos hacen un tratamiento de este encuentro con la muerte porque tienen una concepción que, si nos remitimos a la vieja teología aristotélica, nosotros dividimos las causas en cuatro: la religiosa, la científica, la de la magia, y la de las palabras, pero ellos unifican la causa en una sola cosa entonces el sacerdote es también el médico y esto es muy interesante, que lo religioso y lo científico vayan de la mano. Científico en el sentido de ellos, claro, por ejemplo la corteza de los árboles son remedios naturales, pero que los da el sacerdote. Entonces la religión y la ciencia van juntas, y lo político también, porque en este caso fue él quien promovió el manifiesto de pedir por sus derechos.

- ¿Cómo podemos hacer para que nuestra cultura, que no está acostumbrada a dialogar, dialogue con ellos, para encontrar un puente con los aborígenes?

- Un chamán guaraní antes de la filmación me dijo “no te acerques a la cultura nuestra sin antes estar preparado para eso, porque te va a causar terror y vas a salir corriendo, o vas a hacer algo que no va a ser fidedigno”.
Creo que a uno le tiene que pasar algo para poder acercarse a una cosa diferente. Si tu vida es demasiado monótona, demasiado cómoda, demasiado tranquila, seguramente no vas a buscarte diferencias, eso pasa por ejemplo en el psicoanálisis, uno busca en el inconciente de uno, en ese otro diferente que hay inconsciente busca respuestas. Por eso va a hablar con alguien. 

En el caso este de choque cultural, uno se encuentra con la diferencia del otro y aprende algo. Entonces para mí se trata de si nosotros estamos podemos ser permeables a dejarnos enseñar por otros o no, o estamos cerrados en cada aldea nuestra, en cada pequeña tribu urbana.

- ¿Qué le dirías a nuestros lectores, que son personas que quieren cultivar los valores en sus vidas?

- La cuestión del valor de la palabra tiene que ver con la manera en que nosotros, sin entrar en el ritual religioso, cultivamos el valor de la palabra todos los días. Sin que la fuercen ni la escuela, ni la Iglesia, ni el ejército, ni lo que sea, hay que ver de qué manera, cada uno de nosotros, es sensible a que hay cosas que se crean. La palabra crea cosas nuevas, crea mundos nuevos, crea nuevos sentidos y, a veces, un encuentro así fortuito con alguien puede generarte el tener que crear un mundo nuevo de sentidos, de significados, de ser otra cosa que el mundillo clásico de cada uno con su cada uno.-

viernes, 2 de abril de 2010

Saliendo de la invisibilidad


Saliendo de la invisibilidad  

                                por Marcelo Valko (*)

  Más allá del genocidio que se abatió sobre los pueblos originarios del Continente Americano, también podemos rastrear un largo historial de enfrentamientos de los imaginarios de unos y otras, tanto en cuestiones religiosas, legales, formas opuestas de concebir la temporalidad e incluso de terapéuticas opuestas. 

Tal enfrentamiento ideológico sumado al militar, buscó invisibilizar la presencia indígena a quienes se les negó hasta su misma condición humana. 

En su momento, refiriéndose a los prisioneros de la Campaña del Desierto, Sarmiento proponía quitarles la patria potestad a las madres salvajes:

“Dejarles los niños de diez años para arriba, por temor de que sufran con la separación, es perpetuar la barbarie, ignorancia e ineptitud del niño, condenándolo a recibir las lecciones morales y religiosas de la mujer salvaje. Hay caridad en alejarlos cuanto antes de esa infección”.

El “ilustre pedagogo” proponía apartar a los niños indígenas de la infección que perpetúa la barbarie, es decir apartarlos de su familia, de su comunidad. Algo de ese horror que no cesa, de esa practica de una sociedad que se supone superior sobre otra es lo que narra y pone de manifiesto La Bruma -Tatachiná- cuando las autoridades prácticamente secuestran al niño Julián para ser tratado médicamente en Buenos Aires con el desenlace que conocemos. 

En el choque del imaginario Occidental vs. el comunitario, el indígena, se concibe al Otro como menor de edad o un impedido mental, ese “niño grande” del que hablan tantos cronistas y que evidentemente para las autoridades no puede ejercer la patria potestad, ni gobernarse a si mismo, ni decidir sobre la vida de su familia ni de su comunidad.


 
   Películas como la de Acuña, que además de la belleza y contundencia de las imágenes, que jamás caen en el golpe bajo o panfletario, tienen enorme utilidad al denunciar la injusticia, al darle voz a quienes fueron arrinconados y condenados a la miseria en medio de un horizonte que ayer fue suyo.

   Existen brumas que impiden la visión, nieblas que ocultan, que nos hacen extraviar el rumbo. No es este el caso, aquí la ausencia se presentifica, la invisibilidad se esfuma en los juegos del humo del tabaco de las palabras-alma. Dejemos que La Bruma amorosa y curativa que propone Enrique Acuña, nos envuelva, nos conduzca y nos permite ver y acercarnos a un país enriquecido y fraterno con la cultura del Otro.-

(*) Marcelo Valko: Psicólogo (UBA). 
Profesor titular de la Cátedra “Imaginario Étnico, Memoria y Resistencia” (Universidad Popular Madres Plaza Mayo). 

Autor de Los indios invisibles del Malón de la Paz, Pedagogía de la Desmemoria, entre otros ensayos.